Después de jactarse de sus inexistentes dotes guerreras, para mofarse de mister Trump y Lula Da Silva, quien terminó como el peor agraviado con el chiste barato que invadiría Puerto Rico, fue el Pueblo puertorriqueño –como si este último necesitase de un narcotirano para autodeterminarse.
Hecho lo cual, el supuesto “Libertador” se retiró a pasar la madre de trona mental con que andaba –“¡Ay me cansé!”– a sus aposentos, que no son más que el centenar de escondrijos esparcidos por el territorio de la República. Todos a profundidades, mínimas, de 150 metros, a prueba de artefactos nucleares, misiles con ojivas químicas, pedradas “po´el coco” o “po´el jocico”, de mentadas no precisamente de menta, de drones supuestamente magnicidas como el de aquella tarde, en la avenida Bolívar, Caracas, cuando dejó a merced del enemigo, sola, triste y abandonada a su honorable esposa, al grito de guerra (¿?): “¿Ejecutar, yo, una maniobra de “Vuelvan Caras” para rescatarla? ¡Qué va oh! Ni yo soy el general Páez ni estamos en “Las Queseras del Medio” así que esa vieja ¡Que se joddd…!
Cuando le avisaron que varios senadores de Estados Unidos, habían solicitado que la recompensa por su captura, se elevase de US$ 25 millones a US$ 100 millones, el sedicente libertador de Puerto Rico, agarró otra voladora, pero de miedo.
–¿Conque van a aumentar la recompensa por mi captura? ¿Eh? No hay derecho. ¡En diciembre de 1993, esos mismos gringos, por la captura de Pablo Escobar, ofrecían el equivalente a US$ 16.000.000,00; por ayudar a atrapar al “El Chapo” Guzmán, en 2014, el premio era de US$ 5.000.000,00; mientras que el año pasado, la DEA tenía un pote de US$ 15 millones para el que ayudara a “ponerle los ganchos” al “Mayo” Zambada! Sumar o restar no es mi fuerte, pero la comparación de dichos millones y millonas se traduce, en que a mí, solamente, me consideran más narcomalandrín, que al referido trío de colegas, juntos y elevados al cubo.
Y, ustedes, compinches, altospanas, encubridores, testaferros o testaferras; generalotes y suboficiales; amigotes o amigotas del referido Narcotirano. Todo el que posea datos que conduzcan a la captura del peor narcoterrorista de la historia universal, según las cuentas anteriores, tiene un pozo de petróleo en sus manos. No hace falta viajar a EE. UU.. Pueden acudir ante Fiscalía General ubicada en Plaza Carabobo, avenida Universidad. Allí, preguntar por el Fiscal Tarek. Si tiene dólares para el que capture a González Urrutia, debe tenerlos, también, para los que le han robado a los venezolanos, siete millones de votos.
No son, nada más, que los 100 millones que exponen al “recompensable” sino la gente que lo rodea. El Hombre del Mazo Dando, pongamos por caso: por mucho menos de dicha recompensa ha traicionado hasta a su suegra. “Cilita”, en segundo lugar. Si la honorable matrona le paga a su marido con la misma moneda que este último le pagó en el episodio de la avenida Bolívar, ya sabemos dónde irá a parar el muy correlón. Last but not the least: traigamos a colación al Madrino general, que se le arrodilló a Fidel Castro, a lo Lewinsky, por adulante. Imagínense la posición en que se colocaría, ante quien le ponga 100 millones de dólares por delante.
El título del “Más Malandrín de la Historia”, sería un baldón para una persona a medias decente. Pero para los RoboLucionarios tal “campeonato” es motivo de regocijo. Esa es la otra cara de la misma moneda.
¡Salud, camaradas!
@omarestacio
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