El Arco Minero del Orinoco sufre un ecocidio por actividades mineras ilegales con la anuencia del Gobierno de Venezuela. Foto: Ministerio de Ecosocialismo |
Por Germán Carías/GCIDA2023©️
Una catástrofe ecológica masiva continúa en pleno desarrollo en el sur de Venezuela debido a las actividades mineras ilegales que provocan una extensa deforestación y la destrucción de diversos ecosistemas cuya estabilidad es indispensable para el futuro de nuestro planeta. También ha habido acaparamientos de tierras a gran escala y el desplazamiento y genocidio del Pueblo Indígena Pemón, para quienes esta zona es su Hogar Ancestral.
Esta tierra conocida como “Arco Minero del Orinoco” cercana a la frontera de Venezuela con Brasil abarca Parques Nacionales y Reservas, así como propiedades privadas y tierras de cultivo pertenecientes a individuos de la población venezolana en general y muchos otros, incluidos varios ciudadanos británicos. El Gobierno y el Poder Judicial de Venezuela, que deberían proteger sus derechos, son los verdaderos perpetradores. Dada la supresión de los medios de comunicación por parte de las administración de Maduro, aún se desconoce el alcance del daño ecológico causado por años de actividad ilegal, pero sabemos que el área de deforestación es mucho más grande que Portugal.
El Gobierno del Reino Unido es consciente de la escala de las crisis humanitarias, económicas y políticas que afligen a Venezuela, que aumentan exponencialmente día a día. Un informe de Human Rights Watch y la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad John Hopkins para el Consejo de Seguridad de la ONU destacó que casi 4 millones de venezolanos sufrían desnutrición y más de 3,4 millones habían abandonado el país en los últimos años, muchos de ellos en países vecinos lo que aumenta las tensiones sociales allí. La estimación anterior de 3,4 millones ahora se ha revisado a 7,5 millones.
Las organizaciones de ayuda internacional de los Estados Unidos, Colombia y Brasil, junto con Sir Richard Branson, intentaron llevar alimentos y suministros médicos muy necesarios al país solo para encontrar una intensa resistencia del ejército venezolano en el año 2019. Cuando miembros de la Comunidad Pemón vieron un convoy militar venezolano que se dirigía hacia la frontera entre Brasil y Venezuela para impedir el ingreso de la tan esperada ayuda humanitaria, intentaron detenerlos y se encontraron con munición real que mató o hirió a muchos de ellos.
Y con total desparpajo el gobierno hampón instaurado en Venezuela hizo caso omiso.
Pero en diciembre de 2022 el afamado actor de Hollywood y ambientalista, Leonardo DiCaprio, al tanto del ecocidio en tierras venezolanas hizo la siguiente denuncia: “La deforestación es uno de los mayores problemas climáticos, ya que cada año se talan grandes cantidades de árboles preciosos para satisfacer las necesidades humanas.
Venezuela experimenta algunas de las deforestaciones más grandes del mundo, y se estima que la pérdida de bosques vírgenes aumenta en alrededor del 170%. La deforestación provoca erosión del suelo, inundaciones, aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, menos cultivos y una serie de otros problemas”.
Para el año 2023 en el Arco Minero del Orinoco se desconoce oficialmente cuántos venezolanos se dedican al extractivismo ilegal. Además, no hay un organismo oficial que lleve la cuenta de la cantidad de derrames petroleros que anualmente afectan al país. Asimismo, se desconocen detalles de los informes de impacto ambiental que se presentan ante el Ministerio de Ecosocialismo cada vez que se planifica hacer una nueva construcción dentro de un parque nacional. Las pocas estaciones meteorológicas operativas no recolectan los datos suficientes para predecir las lluvias y prevenir desastres. Ante esta ausencia de información, planificar soluciones acorde con la realidad es más complejo.
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