Por Germán Carías/GCIDA2022©️
Viernes 11 de febrero de 2022 (GC Wireless) . — En una Venezuela llena de corrupción y drogas, emerge la clase social llamada enchufados, son personalidades que para no perder su estatus económico, se convierten en chavistas de closet.
Los tarambanas enchufados liderados por Osmel Souza, asistieron a un guateque de Rafaelito Oliveros el Jeque del Turismo, el colaborador de Maduro cumplía 50 años. Y con alevosía se le ocurrió formar la rumba en el Tepui Kusari o Cerro Venado.
Además de causar daño ambiental a un sistema catalogado por la UNESCO patrimonio de la humanidad. El Parque Nacional Canaima se extiende sobre 3 millones de hectáreas en el sureste de Venezuela a lo largo de la frontera entre Guyana y Brasil. Aproximadamente el 65% del parque está cubierto por formaciones de montañas de mesa (tepui). Los tepuyes constituyen una entidad biogeológica única y son de gran interés geológico. Los escarpados acantilados y cascadas, incluida la más alta del mundo (1.000 m), forman un paisaje espectacular. Los dueños del enchufe trataron de dar al mundo la impresión de que en Venezuela no hay crisis.
Son ya muchos de estos pelafustanes, que aprovechan su fama, para viajar a Venezuela y enseñar fotografías y videos, y mostrar al mundo una realidad virtual - el mundillo de las Redes Sociales pues-. Hemos visto desfilar a Norkys Batista, Fernando Carrillo, Mimí Lazo que ahora se hace la víctima, entre otros. Pero el descaro de Osmel Souza es único. Meses atrás el llamado “zar de la belleza” salió en su Instagram comprando en un “bodegón”, y con su peculiar manera de decir las cosas, alabó la pujanza económica de Venezuela, según él.
Sin embargo no le bastó a Souza, el recorrido por los “bodegones de la corrupción, con desparpajo a su llegada al Parque Canaima, enseñó la posada lujosa con lámparas de cristal de Baccarat, jacuzzi, piscina y comodidades 5 estrellas. También relató en video cómo pernoctarían en carpas arriba del Tepui, luego de emborracharse, drogarse, compartir parejas, o quizás bailar desnudos. Lo triste es que al ser “enchufados” son amparados por el Gobierno hampón de Nicolás.
Pero estos personajes, a quienes catalogan de “influencers”, no hacen la tarea de gratis sino cobran por su maléfico trabajo, también gozan de prebendas, y son recibidos con alfombra roja en la Venezuela narcotirana. Es la doble moral de un grupúsculo de aduladores del dictador Maduro.
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